Cuando el mundo te diga que renuncies a tus sueños, solo ignoralo y sigue intentando.

jueves, 1 de octubre de 2009

Sonia.

Odio que la gente se equivoque conmigo, que piense que me conoce, cuando no es así. ¿Qué pensáis? joder, ni soy perfecta, ni soy feliz siempre. Así es como me veis, pero no es así, podreis verme con una sonrisa en la cara, pero no puedo ser feliz todos los días y a todas horas. Y... si hago casi todo bien, es porque me esfuerzo, porque consigo lo que quiero a la larga. Y no soy tan madura de la vida como creeis. Sigo viendo las películas de Disney, sigo teniendo miedo a los muñecos de payasos grandes y me sigue gustando meterme un puñado de palomitas en la boca que podría hasta ahogarme. SÍ. Y por decir, sigo jugando a veces con juguetes de crios. Y me gusta, me encanta como soy. Porque puedo ser feliz con poco. Pero no penséis esas cosas de mí, puedo tener siempre unas palabras que sepan consolar, o una mirada que enloquezca, pero no soy ni una consoladora, ni voy encantando por ahí. No, no, no y no. Me niego. Pero siempre se puede hablar conmigo, siempre escucho, siempre sé lo que digo, siempre, siempre, siempre, de dónde menos se espere, pues de ahí saco sonrisas, siempre sé lo que hacer en cada momento, siempre sé elegir, aunque no sea lo mejor para mí pero sí para los demás. Puedo ser odioso, por mis ironías, por mis bromas, pero se me coje cariño. Y puedo ser lo que sea. Pero tengo la cabeza amueblada, cada cosa en su sitio. Y habrá a quien no le guste, pero lo siento, es lo que hay y no pienso cambiar. En fin, que sí, que si os jode, os jode. pero, sonrio y ¿Por qué? Porque puedo porque... no sé, porque sí.

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