Ni más lluvias, ni fríos, ni crisis, ni desánimos, ni ganas de tirar la toalla. Yo también sigo esperando la casualidad de mi vida. Quién sabe, quizá se junten la magia de una noche como la de hoy y la de la luna llena que nos visita oportunamente. Estoy más que segura que el 2010 viene cargado de emociones y nuevas sorpresas por vivir. Y estoy más que preparada para saborearlas. ¿Y tú?
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